Semana Santa

Recorriendo Iglesias, Redescubriendo Lima   


Aunque muchas de las personas durante la Semana Santa aprovechan para salir del caótico mundo de la ciudad, olvidarse de los tiempos, estudios, trabajos y “olvidarse del estrés”, otros aprovechan para quedarse y rodearse de un espíritu religioso, de meditación, de descanso, de esperanza y deseos, muchos acudiendo a las misas, comiendo el liviano pescado que nunca falta, las carnes olvidadas, algunos ayunando y otros viendo las ya acostumbradas películas sobre la vida de Jesucristo, unos por costumbre y otros tratando de entender porqué Jesús padeció tanto a causa de nosotros.

Sin embargo la semana santa  no estaría completa sin haber ido a recorrer las 7 iglesias que es una de las mayores tradiciones de la sociedad católica para conmemorar la muerte y resurrección de nuestro Salvador, donde la mayoría de los católicos participa de manera ferviente en cada uno de los actos religiosos que se realizan en estos días rodeados de un ambiente espiritual.

Jueves. Seis y media de la mañana. El cielo despejado y los cantos de unas aves nos indican que ya comienza el jueves santo, acompañado de un resplandeciente sol que ilumina el día; típico en esta estación. En la televisión ya se comienzan a pasar las películas sobre la vida de Jesús, alguno que otro canal transmite la misa del día en conmemoración al inicio de la semana santa, mientras tanto, todos se van alistando para empezar un nuevo día y otros para emprender su viaje por el feriado largo.

 Fieles, turistas y curiosos se dirigen al centro de Lima para comenzar con el recorrido que tanto ansían realizar y aunque algunos prefieren hacerlo solos, otros van acompañados de sus familiares, como comentaba la señora Graciela ,una gran devota que todos los años recorre las iglesias con mucha fe junto a  su esposo Ricardo “no hay nada mejor que disfrutar y vivir esta experiencia única que es una etapa de encuentro espiritual  al lado de las personas que son importantes para uno”.   

Al transcurrir de las minutos notamos como las calles empiezan a llenarse cada vez más, decenas de personas asisten a la celebración de la santa misa abarrotando las iglesias, muchos esperando escuchar las sabias palabras que el padre dirige hacia los devotos mientras que otros van a apreciar las imágenes sagradas que son llevadas luego durante un recorrido por las principales avenidas del centro de Lima en medio de alfombras con flores, acompañada por una gran cantidad de fieles los cuales van orando y pidiendo por la salud, por  la unión familiar, la felicidad, la paz  en sus corazones y alguno que otro por dinero.


 Muchos de los transeúntes que recorren las iglesias  admiran la belleza arquitectónica que nos brindan estas construcciones edificadas hace muchísimos años atrás y que ofrecen historias encantadoras acerca de cada una de ellas, y es que es imposible no admirar los altares y los acabados en pan y oro de la Iglesia de San Pedro. Unas cuadras más abajo llama mucho la atención los corazones que colocan las devotos en la cruz del sagrario en la Iglesia de la Merced, la más antigua, la primera Iglesia de la ciudad y que alberga a la patrona de nuestras Fuerzas Armadas. También logran visitar la moderna e imponente iglesia de San Agustín con su fachada de estilo barroco y amplio salón eficazmente iluminado.

Quizá nadie sepa que el convento de Santo Domingo demoró más de 5 décadas en construirse, siendo lo que es hoy en día, con el famoso altar de los santos peruanos, reuniendo a Santa Rosa de Lima, San Martín de Porres y San Juan Masías, el conjunto monumental de la basílica y convento de San Francisco con sus enigmáticas y famosas catacumbas, y la más imponente de todas, haciendo honor a su título, la Catedral de Lima, conocida inicialmente como la Iglesia Matriz de la Ciudad de los Reyes y siendo el mismo Francisco Pizarro quien ordenó su construcción y colocó la primera piedra. Continuando con el recorrido, con mayor cantidad de fieles, la Iglesia que alberga al Señor de los Milagros, cuyos devotos inundan las calles cuando sale a recorrerlas, La Iglesia de las Nazarenas es sin duda la más visitada de todas las Iglesias que tiene Lima, por su historia y por la bendita imagen que en ella descansa.




 Dejando un poco de lado el aspecto espiritual de estas fechas y mirando alrededor a las personas que nos rodean podemos toparnos con distintos personajes, desde los muy llamativos hasta los casi imperceptibles, como don José Escobedo, un anciano de cabellos claros sentado en su pequeña silla plegable acompañado del verdadero personaje que hace que todos volteen a verlo, su compañero de todos los días, “Draco”, su mascota y compañero  , cautiva a sus admiradores, con su chaleco tipo Armani y sus gafas negras Dior, todos voltean a verlo ,quieren tomarse una foto con él. Draco siempre tiene tiempo para todos y no duda ni un instante en tomarse fotos con los demás. Comentaba don José que lo encontró en la calle todo flaquito y chiquito, le dio un pedazo de pan y desde aquella vez no se va de su lado, como a Draco le gusta estar siempre vestido y con lentes lo saca a pasear a la plaza de armas porque realmente es gracioso, luego Don José se levanta como un reloj, sabe que es hora de ir a tomar un lonchecito y al parecer Draco también lo sabe, sin necesidad de una correa sigue a su dueño a donde quiera que vaya, llamando la atención de todos, ocultando su mirada tras las gafas oscuras que lleva.

En la misma plaza de armas unas cuadras mas allá es casi imposible no ver al hombre de acero, Don Avelino, pintoresco personaje que se viste de Superman para promocionar un centro comercial donde venden vestidos de novia, y aunque no lo contratan él dice que lo hace de buena fe, así como ayuda a los ancianos a cruzar las calles y vigila la salida de los niños de la escuela, es su manera de ayudar y no descansa ni siquiera los feriados, por que como él dice, la justicia nunca debe descansar, sin embargo, también se siente embargado por la espiritualidad de la ocasión y siente que debe comentar algo (al mismo estilo de Clark Kent) coloca las manos en puño contra la cintura y dice a viva voz: “ojalá que todos los días se acuerden de Dios, no sólo cuando se encuentren en problemas, porque él sabe lo que hacen ustedes, sabe por todo lo que pasamos y nunca nos abandona, en las buenas y en las malas siempre está con nosotros, aunque lo olvidemos, no seamos ingratos, a Diosito le basta un segundo para alegrarlo, sólo un segundo, hagamos lo correcto paisanos, alegremos a Diosito porque estos tiempos están muy bravos, tengamos fe, hagamos lo correcto”, así Superman, o don Avelino deja su mensaje y vuelve a sus labores, argumentando que sólo en aquel centro comercial encontrarán el mejor vestido de novia para realizar sus sueños de contraer nupcias, y es así como lo dejamos trabajando por la justicia y viviendo de la buena voluntad y es que es difícil no toparnos con estos personajes.

 Es así como durante la semana santa no sólo las personas visitan las Iglesias para conmemorar a Jesús entregado por nosotros, también podemos observar la diversidad de su gente, los edificios antiguos en diferentes estilos, las calles iluminadas con faroles, las Iglesias con sus esplendorosas fachadas y los interiores de éstas más esplendorosas aún, si tan sólo el común de la gente de a pié se tomaría el tiempo de levantar la mirada y darse cuenta de todo ello, dejando de lado el apremio del tiempo, todos podemos descubrir una Lima diferente a la que ya conocíamos, una Lima no tan gris, una Lima con personajes que nos admiran y nos hacen olvidar de nuestros propios problemas, una Lima con una belleza arquitectónica impresionante, quizá por eso tantos turistas vemos caminando por el centro de Lima, porque ellos se toman el tiempo de apreciar todo aquello que nosotros tenemos todos los días y que no nos molestamos en observar. Esta semana Santa no sólo le sirvió a la gente para reflexionar y rezar, sino también para redescubrir Lima, una Lima que siempre está ahí y que nadie quiere ver y así, la Semana Santa en Lima, puede ser tan o más relajante y admirable que ir a pasar la ya conocida “Semana Tranca” fuera de la ciudad.

  Vanessa Ponce M.

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