Cerro San Cristobal
Una vez mas la aventura de recorrer y conocer nuevos lugares nos atrae la atención, esta vez a un sitio desde el solo cual se puede apreciar aquella Lima de luces y colores desde donde la imponente vista panorámica de nuestra querida capital era increíblemente fascinante.
La noche acompañada de una sutil llovizna es nuestra cómplice en este recorrido, una llamativa y vistosa señora ofrece tour de paseos al cerro San Cristóbal por tan solo cinco soles, algunos no dudaron en pagar por aquel servicio que ofrecía a parte del recorrido, la historia de aquella Lima que guardas sus secretos profundos en algunas historias que solo algunos conocen, aquellos que la vivieron y las cuentan como anécdotas para amenizar la fría noche.
Aun no era momento de partir, faltaba que algunos pasajeros mas suban al “urbanito”, para poder emprender el recorrido que nos llevaría a nuestro destino. Después de haber esperado algunos minutos y de haber dado como cinco veces la vuelta por la plaza San Martin, el urbanito arrancó con dirección al Cerro San Cristóbal.
Durante el recorrido puedes apreciar los diferentes atractivos turísticos tales como La Alameda de los Descalzos el cual lleva este curioso nombre debido a que los monjes que transitaban por ahí llevaban sandalias que vista a lo lejos parecía que en realidad caminaran descalzos e de ahí el peculiar nombre, luego también pasamos por el Paseo de Agua el cual cuenta la historia que su construcción se dio debido a que fue una promesa que el virrey Amat le hizo a Micaela Villegas más conocida por la sociedad limeña de la época como la Perricholi
Luego de haber pasado por estos pintorescos lugares vamos adentrándonos poco a poco por el cerro San Cristóbal, las calles por donde pasa el Urbanito son angostas, te llama sutilmente la atención el colorido de las casas que se encuentran ubicados en el transcurso del camino, algunos niños correteaban y jugaban a las escondidas, mientras que nosotros íbamos cada vez subiendo mas y mas.
Luego en un abrir y cerrar de ojos ya nos encontrábamos en la cima, una señora nos daba la bienvenida al lugar y al parecer no solo seria ella sino también aquella neblina que nos tomo de sorpresa y aunque dificultaba un poco la visión nada impidió que disfrutemos del viaje. Aprovechamos para tomarnos unas cuantas fotos al lado de aquella imponente cruz que da vida y alumbra el cerro, algunos turistas que llegaban hasta el lugar ponían y encendía sus velas de diferentes colores dependiendo del milagrito que pedían. El museo del sitio se encontraba cerrado en esos momentos, y aquel señor de barba larga y cabellos oscuros era el fotógrafo del lugar así que quienes querían plasmar aquel momento en una foto, aquel señor era el indicado.
Así entre fotos, recuerdos termina nuestro recorrido a este lugar, que luego de habernos dejado una agradable experiencia también nos mostro aquella Lima vista desde una perspectiva diferente, una Lima desde una mirada que solo puedas apreciar desde ahí…desde el Cerro San Cristóbal.
Vanessa Ponce M.
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