EL QUINTO VIAJERO

Dirigiendo hacia la iglesia, con la ilusión puesta en que de feriaditos no me hablaran, al entrar ese gran salón limpio, grande y espacioso que no daña la vista, como aquellas pomposas iglesias llenas de adornos y lujos, no dicen que para adorar a Dios es mejor un corazón dispuesto y puro, bueno, así hay que sentirse en estos días, no hay que esperar una semana al año para acordarse de Dios, creo que en general eso es lo que mas me disgusta el simple hecho de que la gente piense que es suficiente una vez al año, por qué no acordarse de Él cada mes, semana, días, horas… no es así como debería ser.

Escuchar a cada discursante refiriéndose a la pascua es magnífico, sentir y ver en su rostro el amor que expresan por el Señor lo creo incomparable al hecho de salir por cuatro días a llorar, gemir y decir amar a Dios, pero cada quien con su creencia y forma de ver las cosas.

Lima en estos días es inconcebible y la decisión de salir o no salir, tan complicada cuestión, se mescla con la resolución de que ver tanta gente hipócrita en las calles eso realmente me enferma, es referible quedarse en casa porque viajar fuera de Lima es peor. En años anteriores cuando viajar por el fin de semana largo era ‘magnifico’, ahora es todo lo contrario, salir de Lima quiere decir, pagar más por salir (todo esta caro), hoteles llenos, restaurantes colapsando y lugares turísticos congestionados.

Pero dije no ponerme pesimista, bueno mentí, en estos días que deberías ser de recogimiento y reflexión, ya no es así, la visión ha cambiado mucho, la mayoría sale de Lima, se va de viaje o hace cosas de excursión y turismo, aunque no estoy en contra de ello, pero no es malo acordarse de Dios cada día de nuestras vidas, no solo esta ‘semana santa’, hay que ser consientes y reconocer que hay un ser superior, que lo ve todo y de los ojos de Él no escaparemos.